Posiblemente estés en la misma situación en la que estuve hace ya unos cuantos años.
Has acabado tu carrera y el resultado no ha sido el esperado. Incluso, antes de terminarla ya empezaste a presentir que las cosas no iban a funcionar tal y como te habían prometido.
También es posible que alargaras esta situación bastantes años esperando que quizá, tras mucho esfuerzo, tu situación seguro que iba a mejorar. Y no, no lo ha hecho.
- Has estado saltando de empleo temporal tras empleo temporal.
- Has estado empleado con un sueldo mísero de becario (por no decir gratuitamente como voluntario) para “llenar currículum”.
- Has estado metido en un empleo con cuyo proyecto no te identificabas. Pensaste que para empezar no estaba mal, que era mejor que nada.
- Has estado en un empleo que no te daba la opción de moverte ni de progresar. Cada día repitiendo lo mismo hasta el infinito sabiendo que al día de mañana todo se podía acabar.
Pero nada se ha movido desde entonces. Has estado en una situación a la que hace tiempo dejaste de ver la puerta de salida.
Dijiste basta. Has echado un vistazo a tu contrato de vida y ves que no hay solución ninguna. No te queda más remedio que firmar uno nuevo desde el principio.
En definitiva, has concluido: o me muevo yo, o aquí no se mueve nada.
Incluso, has pensado que no te queda otra que salir fuera del lugar en el que una vez naciste y creciste.
¿Estás pensando en buscar trabajo en otro país? Déjame que te explique unas cuantas cosas antes.
Antes te aconsejo echar un vistazo a cómo entiendo yo la inmigración porque si no te perderás mucho del mensaje que te quiero hacer llegar.

Personas que quieren salir y no han salido vs. Personas que sí querían salir y han salido
Existen dos tipos de personas: las que piensan que van a hacer y lo hacen, y las que piensan que van a hacer para acabar no haciendo nada.
- Las primeras materializan ideas en este mundo; las segundas en una dimensión oculta de Matrix que siempre acaba desapareciendo.
- Las primeras viven una vida que sienten que tienen que llenar mediante sus acciones; las segundas viven en una vida que sienten como vacía pero que esperan a que la llene otro.
- Las primeras mueven el mundo con sus ideas; las segundas son movidas en el mundo por las ideas de los demás.
- Las primeras saben que tienen algo que hacer, una misión oculta que sólo pueden llevar a cabo ellas y que les llevará más tiempo del que disponen en su vida; las segundas han perdido el sabor de la vida, viven para llevar a cabo tareas que les permite sobrevivir en esta vida hasta que un día alcancen la jubilación.
Las primeras, en definitiva, se mueven en el plano material y nunca despiertan porque viven el sueño de su vida; las segundas, en cambio, se mueven en una dimensión de Matrix de la que luego despiertan para dejar atrás una vida que sólo han soñado.
¿Cómo la vida clasifica a una y otra persona?
No puedes cambiar el entorno pero sí salir de él
Esta fue la idea fundamental que activó todo mi proceso de movimiento. Abandoné mi país porque llegué a la única conclusión posible:
No podía mover mi realidad; tenía que moverme yo.
Si crees que vas a poder realizar un gran movimiento dentro de una realidad que te oprime, déjame decirte una gran verdad: es imposible hacerlo.
Es imposible porque eres un simple mortal. Es imposible porque no puedes cambiar la realidad en la que has crecido y nacido; no tienes tanto poder.
Pero tienes el poder del movimiento. El poder de salir de allí cuando quieras e internarte en otro espacio que te permita mayor libertad.
Y este es el gran secreto que distingue a las personas que quieren moverse y no se mueven de las que finalmente sí lo hacen: estar plenamente convencido de que cuando una cosa no funciona, sólo un fuerte impulso de dejarlo atrás conduce a encontrar algo nuevo o, al menos, a cambiar la situación.
Conviértete en un ave fénix de la vida
En esta vida deberías haber aprendido dos ideas fundamentales:
- La vida no es un camino de rosas. Hay cosas que no te van a salir cómo quieres y siempre habrá momentos de crisis en los que se necesitas tomar la iniciativa y reaccionar.
- La vida aporta momentos fantásticos de felicidad. Aprovecharlos y sacarle toda su energía para convertirlos en recuerdos que puedas llevarte toda tu vida debería ser tu objetivo prioritario.
Por lo tanto, la vida te obliga a vivir experiencias de crisis y de felicidad; una detrás de la otra. La vida te obliga, en definitiva, a que tengas el poder de la regeneración, a poder convertirte en un ave fénix que renace de sus cenizas una vez cree que ha llegado su momento de incinerarse y morir.
Si dispones de este poder, vas a poder absorber los golpes de la vida y transformarlos en conocimiento y sabiduría tanto para poder moverte con mayor fluidez por el mundo como para poder intensificar esos buenos momentos que seguro que la vida tiene preparado para ti.
El recinto
Todos nacemos dentro de un recinto. Es un lugar angosto y bastante estrecho. Hay personas que se sienten bien viviendo allí adentro.
El recinto está cerrado por cuatro murallas. Las murallas son puestas al nacer y están delimitadas por la realidad que te ha tocado vivir desde que naciste hasta que mueras.
Pero siempre puedes morir en otro lugar; siempre puedes salir de allí adentro. Recuerda que si bien no dispones del poder suficiente como para cambiar tu entorno, gozas del poder del movimiento.
Hay personas que son felices viviendo toda su vida en el recinto porque nunca perciben ninguna sensación de agobio ni de limitación en sus vidas. Hay otras que, en cambio, necesitan mayor libertad y necesitan echar las murallas abajo como, por ejemplo, para buscar un empleo mejor en otro país.
El hecho de que desees largarte de tu país y buscar suerte en otro lugar, te obliga a que eches abajo las murallas de tu recinto.
Renunciando a tu país
Primero debes renunciar a tu recinto. Este es el paso más importante y a la vez más difícil de todos. Tu objetivo es el siguiente:
Debes llegar ser totalmente consciente de que las cosas que no has podido encontrar dentro de tu recinto se encuentran únicamente fuera de él; debes ser totalmente consciente de que lo que hay fuera es mejor que lo que te encuentras cada día dentro.
Te estarás contando de que es imposible no encontrar nada positivo en una realidad que dejar atrás: tu familia, tus amigos, el entorno con el cual has estado interactuando toda tu vida. Claro que es imposible no dejar nada positivo detrás, pero de eso se trata la renuncia:
Dejar atrás todo, tanto lo bueno como lo malo.
Poner todo en la balanza adecuada
Se trata de poner todo en la balanza adecuada. Lo bueno con lo malo.
Si la balanza pesa más del lado bueno, ya te digo cómo acabarás: te quedarás en tu país.
Si la balanza pesa más del lado malo, ya te digo cómo acabarás: buscarás opciones al haber concluido de que o te mueves o la realidad en la que vives te acabará comiendo.
Las personas que he conocido y se han movido han estado de acuerdo conmigo en una cosa: no había nada lo suficientemente importante como para quedarse ni un minuto más allí. Es una cuestión de llevar poco peso en la maleta; cuando te sientes ligero el movimiento se hace más apetecible.
Por el contrario, las personas que han logrado marcharse pero no llegaron a renunciar del todo y dejaron en su recinto elementos que aún brillaban con mucha intensidad, acabaron volviendo a su país para hacer lo mismo que hacían antes de largarse.
Este es un gran movimiento
Este fue mi gran movimiento. Di muchos pequeños antes, pero nunca llegaron a activar mi vida.
Renunciar y decir adiós a tu país debería convertirse en un gran movimiento cuando realmente sientes la necesidad de hacerlo. Deberías sentir que es la única forma que encontrarás de poder reactivar tu vida.
Y siempre es la misma verdad que muchos nos negamos a aceptar:
Toda gran vida conlleva una gran renuncia.
Los grandes movimientos siempre conllevan a que renuncies a algo enorme que ha formado parte de ti mucho tiempo e, incluso, toda tu vida.
Esa es la diferencia fundamental entre quién sale de su país y quien no lo hace.
Unos quieren hacerlo porque sienten que necesitan regenerarse como un ave Fénix, empezar desde cero con un contrato nuevo de vida. Los otros sienten que su vida no está tan mal como para poder dar un gran salto en sus vidas, quizá porque ya sienten que se mueven.
En ninguno de los dos casos se debería ni escuchar ni una queja de que su vida es una mierda.
Si crees que tu vida es una mierda, empieza a renunciar y sal de ahí ya mismo.

Recíbela gratis y empieza a moverte
30 páginas con contenido 100% gratuito
Sumérgete en la nueva filosofía de vida del siglo XXI: la filosofía del movimiento.
Accede gratuitamente a la Zona del Profesor con Movimiento
Nunca te llegará SPAM, podrás darte de baja cuando quieras y nunca se publicará tu email ni tu nombre
Hola Sergio, que tal?
Yo soy de Canarias cuando acabe los estudios encontré trabajo en Barcelona, aunque sigue siendo España, es como vivir en otro País jeje, y es donde he conseguido mayor crecimiento personal y profesional.
Me gustaría algún día vivir en Santa Cruz de California.
y tu Sergio tienes pensado tu próximo movimiento?
Un abrazo.
Hola David,
pues me imagino que ese cambio también debe ser bastante radical. Yo sigo creyendo que todo cambio es siempre bueno cuando percibes que todo se ha parado.
Mi próximo movimiento (físico) será hacia el norte en dos años, probablemente Bucarest o Sofia.
De momento sé que habrá suficiente movimiento en Sarajevo como para quedarme otro año más. Eso sí, sé que después del próximo año todo se quedará estático y entonces será el momento de realizar otro gran movimiento.