Hablemos de venta. Concretamente de cómo vender tus actividades a tus alumnos dentro de clase. Mejor dicho, cómo contextualizar tus actividades y convertirlas en un producto irresistible.
¿Cómo? ¿Qué nunca vendes tus actividades? ¿Nunca destinas 5 minutitos a potenciar tu marketing como profesor de ELE durante una clase?
Tu papel como docente no sólo incumbe al diseño y a la creación de actividades, sino también a cómo las presentas y el interés que generas en tus estudiantes antes de que empiecen a realizarlas.
Presentar una actividad con el fin de generar atracción e interés previo y allanar el terreno para realizarla (situar al alumno dentro de contexto comunicativo, delimitar su conocimiento del mundo y relacionarlo con la posterior actividad, sondear conocimiento previo y anticiparte a posibles problemas), se llama contextualización.
No tiene nada que ver con el grado de energía ni con la motivación con la que llegan tus alumnos a clase… sino de una estrategia de márketing preparada para generar y facilitar, en 5-10 minutos, todo ello.
¿Adoras la venta de tus actividades? Yo sí, y por eso deberías seguir leyendo este artículo hasta el final.
Te lo acabo de vender bien, ¿verdad?
La actividad se vende desde la atracción
¡Ding dong!
Llamas a la puerta y esperas con el maletín en la mano.
Oyes pasos al otro lado de la puerta. Tu cliente se acerca.
Dispones de 5 minutos para vender todos los beneficios que podrá recibir una vez adquiera el producto o servicio que llevas en tu maleta.
Que al final lo acabe comprando o no depende de cómo lo presentes y qué atracción generes.
El cliente debe sentir la atracción antes de que consuma el producto. Debe sentir que está ante algo único y necesita hacer uso de él ya mismo.
Esa misma sensación es la que tú, estimado docente de ELE, deberías generar cada vez que llevas una actividad a clase. Deberías dedicar 5 minutitos a presentar la actividad que llevas en tu maleta y explicarle a tus alumnos sus beneficios.
Al final, lo único que deberías conseguir es generar la atracción suficiente para que estén en el nivel adecuado de motivación, energía, interés (eliminando todas las posibles interferencias afectivas, cognitivas y socioculturales) para realizarla en las mejores condiciones posibles.
Deberían decirte: ¡Sergio, dame esto ya mismo! ¡Te compro todo el stock disponible!
Y por supuesto, todo ello sin olvidar los objetivos que habías planeado cumplir ese día en clase.
Vende siguiendo un contexto comunicativo
Te voy a contar una verdad y no quiero que te ofendas: la gran mayoría de actividades que se publican por internet no se pueden vender, ni presentar, ni generan interés previo. En otras palabras: no se pueden contextualizar.
¿Y sabes por qué no se pueden contextualizar?
Pues porque no contienen ningún contexto comunicativo que se pueda contextualizar ni relacionar con las situaciones comunicativas que vive un hablante de español en su día a día
Lo formal, se vende mal
El problema es que un rellena huecos o un Kahoot (gamificación de la típica práctica formal de toda la vida, que no te engañen), no da para más que para… contestar correcta o incorrectamente.
No hace referencia a ningún contexto comunicativo y el estudiante no usa la lengua de forma significativa (o te doy un punto, o no ganas el punto; o contestas bien, o contestas mal).
No, no buscan alcanzar ningún objetivo comunicativo como puede ser: uso estas estructuras lingüísticas PARA comprar ropa / pedir un menú de un restaurante / convencer a unos inversores / gastarle la broma al profe.
No quiero decir que no sean necesario incluir prácticas formales de vez en cuando según las necesidades en las planificaciones de las clases, pero vaya…
…que yo he visto planificaciones de profesores de ELE que solo incluyen este tipo de prácticas (y luego te dicen que han puesto un Kahoot y que eso las hace más interactivas)
Por favor, antes de llevar cualquier tipo de práctica a clase debes saber clasificarlas y analizar cómo presentan la tarea que el estudiante deben realizar.
Te lo resumo rápidamente:
- Si quieres focalizarte en la práctica y en el control de la forma presentada con respuestas cerradas (correcto/incorrecto), prácticas formales.
- Si quieres algo focalizarte menos en la forma y dar un poco más de libertad al uso comunicativo de la estructura presentada, puedes irte a una semiformal.
- Si en cambio quieres focalizarte solo en el uso comunicativo y significativo no controlado de la estructura, vayamos a una práctica comunicativa.
Ahora que sabes distinguir, recuerda esto: las prácticas formales rara vez se pueden contextualizar porque, simplemente, es material académico, de sistematización y repetición y no se construye encima de un contexto comunicativo.
Lo que no resulta significativo, se vende mal
La gran mayoría de actividades que me encuentro por internet tienen muchos colores. Son muy bonitas de diseño gráfico. La tipografía es impecable. Las imágenes que presentan armonizan el contenido.
Sí, son estéticamente bellas.
Pero, al no introducir un contexto comunicativo que sea reconocido y del interés del estudiante, no logran crear conexión entre el mundo real (el día a día del español como herramienta de comunicación fuera del aula) y el mundo académico (aquello que sucede en el aula).
Son actividades cuya experiencia de interacción es limitada.
El estudiante no puede verse reflejado en la actividad: es algo que no solo no va con él (fuera de sus intereses y motivaciones), sino que además no incluye ningún tipo de contexto que permita ver que hay vida allí dentro.
Por más que te empeñes, un juego puede ser divertido, pero necesariamente no tiene porque ser relevante para un estudiante que vincula al español con su día a día, con sus intereses y motivaciones.
Lo que se puede soltar, se vende mal
Te encuentras una actividad que cumple con los puntos anteriores:
- Presenta un contexto comunicativo
- Permite al estudiante vincularse y conectar con ese contexto comunicativo
- Incluso, se ajusta a los intereses y motivaciones del estudiante.
- Y sí, también es bonita, visualmente atractiva, tipografía de escándalo…
¿Y qué narices hacemos la gran mayoría de profesores con nuestros productos (actividades) cuando las llevamos a la ceremonia de eventos (clase)?
Las vomitamos.
Soltamos la actividad en clase sin antes haber hecho el esfuerzo de haber creado expectación, de haber creado expectativas, de haberlas vinculado con el mundo interior del estudiante… sin haber hecho el esfuerzo de haberlas vendido.
Ya te aviso con antelación: si antes no dedicas unos minutos (una pre-tarea) a contextualizarla, no la vas a vender bien.
Los 5 beneficios de contextualizar tus actividades
Contextualizar significa crear un contexto o marco cognitivo previo al desarrollo de la actividad.
Dicho de otro modo: se trata de situar al estudiante dentro del pre-conocimiento necesario para prepararle lo mejor posible para realizar la actividad.
Si seguimos el símil de la venta que hemos seguido hasta entonces, todo ello quedaría así:
- Crear contexto o marco cognitivo = generar interés previo a adquirir el producto (atracción).
- Prepararle lo mejor posible para realiza la actividad = eliminar interferencias (afectivas, cognitivas, de conocimiento del mundo) y conectarlas con sus intereses y aficiones.
En apenas 5 minutos, tu estudiante tendría que experimentar alguno de estos cinco beneficios:
- Situarlo dentro del marco cognitivo de la actividad.
- Despertar su conocimiento del mundo previo con el que llega a clase
- Sondear conocimiento previo y eliminar posibles interferencias.
- Generar interés previo y motivación.
- Introducirle el tema de dicha clase y las actividades que vienen a continuación.
¿Cómo contextualizar tus actividades ELE?
Pasemos a la acción. ¿Cómo puedes contextualizar las actividades?
La versión película y la versión capítulo de serie
Existen dos formas de contextualizar una actividad: presentarla como una película o presentarla en versión abreviada de capítulo de serie.
La versión película se trata de realizar una pre-tarea con el fin de practicar, en forma de excusa, algún aspecto lingüístico ya visto anteriormente o que no suponga una dificultad para el estudiante.
El objetivo real a la que debería estar dirigida esta pre-tarea es cumplir con alguno de los 5 beneficios anteriores.
La versión capítulo de serie, por el contrario, se trata de contextualizar rápidamente y normalmente de forma oral en clase abierta el tema de la actividad que vas a introducir a continuación.
Si no me entiendes, te lo pongo más fácil ahora.
3 ejemplos de cómo contextualizar tus actividades
Existen muchas formas de contextualizar tus actividades.
Tengo un curso de planificación de clases en el que te doy varios ejemplos.
Así que para ir calentando motores, te dejo aquí 3 ejemplos rápidos para cualquier tipo de clase:
1. El storytelling del profesor
No sabéis que me pasó las pasadas vacaciones. Llegué al aeropuerto de Estambul y… ¡sorpresa! Me habían perdido las maletas y además…
Y a continuación les presentas el artículo que tienen que leer y que has sacado de un blog de viajes: “10 problemas a la hora de viajar”.
Una historia rapidita, graciosa y amena que has vivido, como un buen monólogo con el que tu estudiante se identifique. El tema ya ha sido contextualizado.
2. El storytelling del alumno
¿Alguna vez habéis sufrido algún accidente cocinando? ¿Ah, sí? ¿Y qué te pasó?
El estudiante cuenta su historia sobre el tema que vas a tratar a continuación. Te sirve para sondear el vocabulario de cocina, los tiempos de pasado…
3. Lluvia de ideas
En parejas (o grupos), tenéis 2 minutos para pensar para qué podemos utilizar un botón además del de abrocharnos un abrigo.
Pones en común sus ideas. Luego pasas a que creen el invento del siglo XXI utilizando el vocabulario visto en sesiones anteriores y las oraciones de relativo (es un invento con el que…). Acabas de contextualizar a la maravilla y has activado conocimiento previo.
Y si quieres aprender a planificar tus clases más allá de las contextualizaciones, accede a mi Zona privada
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